Características de los Estados Totalitarios

 

Totalitarismo

Te explicamos qué es el totalitarismo y cuáles son sus características. Además, sus diferencias con el autoritarismo y algunos ejemplos.


En el totalitarismo existe el abuso de poder y la ausencia de derechos humanos.

¿Qué es el totalitarismo?

El totalitarismo es una forma de Estado en la que un único partido político gobierna con poder absoluto sin ningún tipo de limitaciones. El concepto de totalitarismo define a estados, ideologías, agrupaciones o movimientos donde se priva de la libertad, y mediante el cual el Estado concentra todos los poderes de manera total sin respetar divisiones ni derechos individuales.

El totalitarismo es un régimen (no es una ideología política per se) en el que todos los poderes recaen en un único partido político. Mediante diferentes medios y estrategias, el régimen clausura o suspende al resto de los partidos políticos.

La figura de un líder o un presidente del partido resulta clave en este tipo de regímenes y su oposición representa la encarcelación, represión o muerte.

Durante el ejercicio de estos gobiernos existe el abuso de poder, la ausencia de los derechos humanos, el dominio de los medios de comunicación y la intervención del sistema educativo, a fin de formar y moldear a la sociedad con los diversos mecanismos de control para que obedezca las órdenes del líder.


Ver además: Fascismo

1. Características del totalitarismo

 El totalitarismo glorifica a un líder por medio de la propaganda política.

El totalitarismo se caracteriza por:

La gobernación de un único partido político.

La imagen de un líder fuerte y glorificado desde la propaganda política.

La falta de división o separación de poderes del Estado, por eso se llama "Estado totalitario".

La falta de derechos individuales, de libre opinión o de intervención en la política para cualquier ciudadano.

La falta de libre elección de culto y de educación (prácticas sometidas al régimen de turno).

El abuso de la propaganda política y de los medios de comunicación masivos, con fines estratégicos para ejercer el control y la represión social.

La censura de la opinión pública y de cualquier tipo de información en los medios de comunicación que no provenga del Estado.

El control y el manejo de la economía por parte del Estado, que se apodera de las propiedades privadas y de las corporaciones de la Nación.

La adopción de ideales políticos, ya sea de izquierda o de derecha, para ejercer el régimen totalitario (no es una ideología de por sí, es un modo de gobernar bajo determinados ideales).

2. Ejemplos de Estados totalitarios



 El fascismo de Musollini tuvo lugar a partir de 1922 en Italia.

Algunos ejemplos de Estados totalitarios a lo largo de la historia son:

El nazismo. Tuvo lugar a partir de 1933 en Alemania, encabezado por el Adolf Hitler, quien ya era jefe de partido nazi desde 1921. La cruz esvástica y el terror, fueron los grandes símbolos del régimen que pretendía crear un Estado "racialmente puro" y provocó el mayor exterminio sistemático de la historia hacia diferentes grupos sociales: el holocausto al pueblo judío (que dejo alrededor de 6.000.000 de muertos) y de otras víctimas como rusos, polacos, ucranianos, serbios, gitanos, franceses, belgas, personas LGBT (lesbianas, gais, bisexuales o transgénero), discapacitados mentales o físicos, prisioneros de guerra, testigos de jehová, musulmanes y cualquier otra minoría (alrededor de 11.000.000 de muertos). El nazismo culminó en 1945 con el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Fascismo de Musollini. Tuvo lugar a partir de 1922 en Italia (durante el período entre guerras). Era un régimen militar antiparlamentario, antidemocrático, nacionalista y con tendencias imperialistas. Benito Musollini se convirtió en el líder dictador, que ejerció la violencia, cerro el parlamento en 1925, realizó un pacto con la Iglesia Católica quien podría ocuparse de la educación a cambio de que acepte la dictadura de Mussolini y mantuvo y un sistema económico corporativista (en manos del Estado). Su mandato cayó en 1943 dejando 460.000 muertos, caso un millos de heridos y 530.000 prisioneros.

El Estalinismo. Tuvo lugar a partir de 1929 e la Unión Soviética y estuvo encabezado por el tirano Lósif (Joshef) Stalin, que comenzó su ejercicio liquidando a los "campesinos prósperos" a fin de que el estado controle la agricultura. Millones de personas murieron de hambruna y Stalin acusó a los ucranianos de fracaso de su propia política por lo que selló las fronteras con Ucrania y desencadenó matanzas masivas. Tras una sangrienta represión y enormes sacrificios impuestos a la población, Stalin convirtió Rusia en una potencia económica y militar. La URSS formó parte de Los Aliados (junto con EEUU. Inglaterra y Francia) en la Segunda Guerra Mundial. Stalin ejerció su gobierno hasta su muerte en 1953.

3. Diferencia entre autoritarismo y totalitarismo



 Fidel Castro fue quien encabezó la Revolución cubana.

Aunque el autoritarismo y el totalitarismo parezcan conceptos similares, existen diferencias. El autoritarismo es un régimen de gobierno en el que una sola persona o dictador, establece las medidas a tomar y decide por sobre la mayoría (en lugar de basarse en una ideología a través de un partido político).

Por ejemplo, la dictadura romana (en la Antigua Roma hasta el año 500 a.C), el gobierno autoritario de Robert Mugabe (1980-2017) en Zimbawe, el gobierno autoritario de Fidel Castro (1929-2008) en Cuba, quien encabezó la revolución socialista, la dictadura de Francisco Franco (1939-1959) en España y el gobierno de Augusto Pinochet (1973-1990) en Chile.


Fuente: https://humanidades.com/totalitarismo/#ixzz8dGkw69s9

Capítulo 13 : Características de los Estados Totalitarios


En el estudio de las diferentes formas de Estado, es fundamental entender cómo los regímenes totalitarios han influido en la configuración del poder político y social a lo largo de la historia. A través de una comparación de los estados socialista, fascista y nacional-socialista, se pueden identificar las características comunes y particulares que definen a estos regímenes autoritarios.

Introducción

Los estudios de Alessandro Groppali nos ofrecen un marco teórico para comprender la formación y transformación de los Estados. Según Groppali, los Estados pueden surgir de manera directa (formación primaria) o mediante la transformación de Estados preexistentes (formación secundaria). La evolución o revolución de un Estado puede llevar a la formación de regímenes totalitarios, los cuales se caracterizan por la concentración del poder en manos de un líder o partido único, la supresión de las libertades individuales y el control absoluto de los medios de producción y comunicación.

Los regímenes totalitarios son sistemas políticos en los que el Estado, bajo la dirección de un líder o un partido dominante, ejerce un control absoluto sobre la sociedad, restringiendo severamente las libertades individuales y suprimiendo cualquier forma de oposición. Estos sistemas no solo buscan controlar la política y la economía, sino también moldear todos los aspectos de la vida social y cultural, creando una realidad donde el Estado y sus ideologías son omnipresentes y omnipotentes.



Estado Socialista

El Estado socialista surge como una respuesta a las desigualdades socioeconómicas inherentes al capitalismo. Basado en la doctrina marxista, este tipo de Estado busca eliminar la propiedad privada de los medios de producción y establecer una economía planificada controlada por el Estado. La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) es el ejemplo más destacado de un Estado socialista. Bajo el liderazgo de Lenin y posteriormente Stalin, la URSS se transformó en una comunidad propietaria de los medios de producción, con un sistema político que condicionaba la toma de decisiones a la pertenencia al Partido Comunista. En este régimen, los derechos individuales y las libertades personales estaban subordinados a los intereses del proletariado y del partido único en el poder.



Propiedad Estatal de los Medios de Producción: En un Estado socialista, la nacionalización de las industrias y recursos es una característica fundamental. La propiedad privada es abolida, y el Estado asume el control de todas las actividades económicas, desde la agricultura hasta la industria pesada. Este control centralizado tiene como objetivo eliminar las desigualdades socioeconómicas y garantizar una distribución equitativa de los recursos.



Economía Planificada: Las decisiones económicas no son dejadas al mercado, sino que son tomadas centralmente por el Estado a través de planes quinquenales. Estos planes determinan qué y cuánto se debe producir, así como la distribución de los bienes producidos. La planificación centralizada busca evitar las crisis económicas cíclicas del capitalismo y asegurar un desarrollo económico sostenido.



Partido Único: En un Estado socialista, el poder político está monopolizado por un único partido, generalmente el Partido Comunista. Este partido controla todas las instituciones del Estado y no permite la existencia de partidos de oposición. La concentración del poder en manos del partido único es justificada por la necesidad de mantener la unidad y la dirección ideológica del Estado.



Supresión de Libertades Individuales: En nombre de la construcción del socialismo y la protección de los intereses del proletariado, las libertades individuales son severamente restringidas. La libertad de expresión, de prensa, y de asociación son limitadas, y cualquier forma de disidencia es duramente reprimida. Los derechos individuales están subordinados a los intereses colectivos del Estado.



Propaganda y Control de la Opinión Pública: El Estado socialista utiliza extensivamente la propaganda para inculcar la ideología socialista en la población. Los medios de comunicación son controlados por el Estado, y se utilizan para promover los logros del socialismo y denigrar a los enemigos del Estado. La educación también es utilizada como una herramienta para difundir la ideología oficial y asegurar la lealtad de las futuras generaciones.



Represión y Control Social: La represión de la oposición política y el control social son elementos clave en un Estado socialista. Las agencias de seguridad del Estado, como la KGB en la URSS, juegan un papel crucial en la vigilancia de la población y la eliminación de cualquier amenaza al régimen. La represión puede incluir arrestos, exilios, ejecuciones y trabajos forzados en gulags.



Estado Fascista

El Estado fascista, ejemplificado por el régimen de Benito Mussolini en Italia, surge como una alternativa al liberalismo y al comunismo, promoviendo un nacionalismo extremo y un control total del Estado sobre todos los aspectos de la vida. Mussolini proclamó que "Todo en el Estado; nada contra el Estado; nada fuera del Estado", subrayando la supremacía del Estado sobre el individuo.



Nacionalismo Extremo: El Estado fascista exalta la nación por encima de todo, promoviendo un sentimiento de superioridad y destino manifiesto. Este nacionalismo extremo es utilizado para justificar la expansión territorial y la agresión militar. La nación es vista como una entidad orgánica que debe ser purificada y fortalecida, eliminando cualquier elemento considerado débil o decadente.



Liderazgo Autocrático: En un Estado fascista, el poder político está concentrado en manos de un líder carismático que ejerce un control absoluto. Este líder es visto como la encarnación de la voluntad nacional y se le atribuyen cualidades casi divinas. La obediencia al líder es un deber sagrado, y cualquier forma de oposición es considerada una traición a la patria.



Militarismo: El Estado fascista glorifica la guerra y el militarismo, considerando la guerra como un medio legítimo para alcanzar los objetivos nacionales. La sociedad es militarizada, y se inculcan valores marciales como la disciplina, el sacrificio y el heroísmo. El ejército juega un papel central en la vida política y social del Estado fascista.



Corporativismo: A diferencia del socialismo, que aboga por la abolición de la propiedad privada, el fascismo permite la propiedad privada bajo un estricto control estatal. La economía es organizada en corporaciones que representan diferentes sectores productivos y que están subordinadas al Estado. El corporativismo busca eliminar los conflictos de clase, promoviendo la colaboración entre empresarios y trabajadores en beneficio de la nación.



Supresión de la Disidencia: En un Estado fascista, cualquier forma de disidencia es duramente reprimida. La policía secreta y las organizaciones paramilitares son utilizadas para eliminar a los opositores políticos y mantener el control social. Los medios de comunicación y la educación son controlados por el Estado, y se utilizan para difundir la propaganda fascista y asegurar la lealtad de la población.



Culto a la Personalidad: El líder fascista es objeto de un culto a la personalidad, donde se le atribuyen cualidades sobrehumanas y se le presenta como el salvador de la nación. La propaganda estatal se centra en la figura del líder, exaltando sus logros y virtudes, y fomentando una lealtad ciega y una obediencia incondicional.



Estado Nacional-Socialista

El Estado nacional-socialista, encabezado por Adolf Hitler en Alemania, llevó el totalitarismo a su máxima expresión, combinando elementos del fascismo con un racismo extremo y una ideología de pureza étnica. El nazismo transformó la estructura federal de Alemania en un Estado centralizado y autoritario, donde el Führer concentraba todo el poder.



Racismo y Antisemitismo: La ideología nazi se basa en la creencia en la superioridad de la raza aria y la necesidad de mantener la pureza racial. El antisemitismo es un pilar central del nazismo, que considera a los judíos como una amenaza existencial para la raza aria. Este racismo extremo lleva a la implementación de políticas de persecución, segregación y exterminio de judíos y otras minorías.



Liderazgo Totalitario: Adolf Hitler, como Führer, ejerce un control absoluto sobre el Estado nacional-socialista. Su palabra es ley, y sus decisiones son inapelables. El poder está altamente centralizado, y las instituciones del Estado están subordinadas a la voluntad del Führer. El liderazgo totalitario se justifica por la necesidad de una dirección fuerte y unificada para lograr los objetivos raciales y nacionales del nazismo.



Propaganda y Control de la Opinión Pública: El Estado nazi utiliza la propaganda de manera extensiva para manipular y controlar a la población. El Ministerio de Propaganda, dirigido por Joseph Goebbels, controla todos los medios de comunicación y utiliza técnicas sofisticadas para difundir la ideología nazi y movilizar el apoyo popular. La educación y la cultura están igualmente controladas, con el objetivo de inculcar los valores raciales y nacionales del nazismo desde una edad temprana.



Economía Centralizada: Aunque el nazismo permite la propiedad privada y la iniciativa empresarial, la economía está fuertemente controlada por el Estado. Las decisiones económicas son dirigidas hacia la preparación para la guerra y la autarquía, con el objetivo de hacer a Alemania autosuficiente y capaz de sostener una guerra prolongada. Las grandes empresas y corporaciones están integradas en la estructura del Estado y colaboran con el régimen nazi en la implementación de sus políticas.



Represión de los Derechos Individuales: En el Estado nacional-socialista, los derechos individuales no tienen valor en comparación con los objetivos del Estado. La represión política es intensa, y cualquier forma de oposición es brutalmente eliminada. La Gestapo, la policía secreta del Estado, juega un papel central en la vigilancia y represión de la población. Los campos de concentración y exterminio son utilizados para eliminar a los enemigos del Estado y llevar a cabo la "solución final" del problema judío.



Militarismo y Guerra Total: El militarismo es una característica central del Estado nazi, que considera la guerra como una herramienta legítima para alcanzar sus objetivos raciales y nacionales. La sociedad es militarizada, y se fomenta un espíritu de sacrificio y heroísmo. La preparación para la guerra total implica la movilización de todos los recursos del Estado y la sociedad hacia el esfuerzo bélico.



Conclusión

Los regímenes totalitarios del siglo XX, ya sean socialistas, fascistas o nacional-socialistas, comparten características comunes como la concentración del poder en manos de un líder o partido único, la supresión de las libertades individuales y el control absoluto de la economía y la comunicación. Estas características permiten identificar un régimen totalitario y comprender cómo estos sistemas han influido en la configuración del poder político y social en diferentes contextos históricos.

Aunque cada tipo de Estado totalitario presenta sus particularidades, todos ellos demuestran los peligros de la concentración del poder y la ausencia de mecanismos de control y equilibrio. La historia de estos regímenes subraya la importancia de preservar las libertades individuales y mantener una distribución equitativa del poder para evitar los abusos y la opresión que caracterizan a los Estados totalitarios. El estudio de estos regímenes no solo es esencial para entender el pasado, sino también para prevenir la repetición de estos errores en el futuro. La vigilancia constante y la defensa de los derechos humanos son cruciales para garantizar que nunca más se permita que tales regímenes emerjan y prosperen.



https://youtu.be/8FZ4A6PrxUE




 

Comentarios

  1. Excelentes videos, ya que explica detalladamente los temas.

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  2. Es un documento con mucha información muy bien expicada , me gustó mucho que añadiera videos porque queda mas clara la informacion

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